Estimados amigos y hermanos:
Queremos tomar la oportunidad para agradecer su amor y bondad hacia nuestro ministerio y nuestra familia. Dios ha sido fiel en todo momento y Él está ayudándonos en la obra para la que nos ha puesto aquí en La Sierra, para que muchas personas escuchen el Evangelio de Salvación y, ahora especialmente, que los niños conozcan a Cristo.
Ahora nuestra misión continúa con un nuevo miembro en nuestra familia, que, si Dios quiere, llegará a este mundo en el próximo mes o principios de febrero. Estamos muy agradecidos y entusiasmados con esta bendición que Dios nos ha mandado y, a la vez, en respuesta a tanto favor, comprometidos con el trabajo que representa seguir predicando Su Palabra fielmente en estas comunidades.
No hay labor más urgente que la de que las personas vengan a Cristo para la salvación de sus almas.
Asi, ante este desafío, pido a Dios que renueve mis fuerzas y que, en su voluntad, me siga guiando a alcanzar las ovejas que habrán de ser parte de su rebaño. La necesidad aún aquí es apremiante, donde existe mucha oscuridad e indiferencia hacia la Verdad. Pero tengo la certeza de que, en su tiempo, el Señor hará la obra en los corazones y salvará a su pueblo en estos lugares.
Mientras tanto, nos animamos en las promesas divinas que nos aseguran que Dios nos ayudará a cumplir el propósito por el cual hemos venido aquí, y en lo personal, yo no tengo otra meta en esta vida sino la de dar a conocer su santo nombre entre estás personas, y así, que una Iglesia sea levantada para la gloria de aquel que murió y resucitó para ser alabado.
Hechos 20:24 NBLA
[24] Pero en ninguna manera estimo mi vida como valiosa para mí mismo, a fin de poder terminar mi carrera y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar testimonio solemnemente del evangelio de la gracia de Dios.
Ciertamente, esta es la obra de Dios y Él tiene el control. Es Su voluntad redimir a Su pueblo y guiarlo a la adoración. Por eso, nos esforzamos y le pedimos que nos use para Su obra en estos lugares, porque sin Él, no podemos hacer nada.
Finalmente, les deseamos una feliz Navidad en memoria de Aquel que vino a darnos luz. Que el próximo año, si Dios quiere, podamos continuar con la misión que Él nos ha encomendado, con confianza y valor, sabiendo que Dios siempre cuida de su obra.
Dios les bendiga grandemente;
Heber González y familia.
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