Durante este mes, Dios nos ha bendecido con abundantes lluvias en La Sierra y con la maravillosa oportunidad de continuar trabajando para Él, compartiendo Su Palabra con aquellos que necesitan conocerle y con quienes desean profundizar en Su mensaje. A menudo reflexiono sobre lo valioso que es nuestro tiempo, ya sea que Cristo venga o que nosotros partamos a Su presencia, y me llena de animo saber que cada momento cuenta. Que hoy el momento perfecto para enfocarnos en Cristo, amarlo, servirle y prepararnos para ese hermoso encuentro cercano.
Ya después de varios años en la Sierra, me encuentro a mí mismo todavía pidiendo a Dios más oportunidades para compartir su palabra entre estos pueblos, donde la necesidad de conocer a Cristo es imperante. Y aunque esta zona es difícil debido a la gran dureza de los corazones, yo sigo creyendo que Dios tiene personas que salvar de estos lugares; de otra manera, no encuentro un motivo por el cual Él nos trajo y nos mantiene aquí. No niego que a veces la frustración me llega al experimentar tanta indiferencia, pero Dios es bueno y en todo tiempo me anima a actuar por fe, a perseguir lo que ahora no se ve pero que un día se materializará para la gloria de Cristo.
He llegado a la conclusión de que Dios quiere que sea fiel y no exitoso, porque esto último no depende de mí sino de Él, ya que Él obra en cada ministerio de acuerdo a sus planes, que son mucho más grandes y complejos de lo que a menudo podemos entender. Debemos estar contentos en las condiciones que Él decide para cada uno de nosotros, aceptando que cada desafío y cada bendición son parte de un propósito divino. Esto nos enseña a confiar en su sabiduría y amor incondicional, ya que su voluntad es sabia y perfecta, y nos recuerda que incluso en tiempos de incertidumbre, su presencia nos guía y sostiene, ayudándonos a crecer en nuestra fe y a fortalecer nuestra relación con Él.

Este mes seguimos yendo al pueblo de La Tena, y aunque las lluvias en estos lugares mantienen los caminos muy malos, Dios nos ha permitido llegar cada viernes sin contratiempos a este pueblo. Aquí pudimos seguir compartiendo con las personas que se congregan y enseñarles La Palabra; yo no hago otra cosa más que explicar el texto bíblico con la convicción de que La Palabra de Dios es suficiente y poderosa para llevar a los hombres a Cristo.
En mi experiencia, esto incomoda a muchas personas porque la ignorancia y lo superficial son más cómodos y no confrontan; sin embargo, este tipo de predicación no produce verdaderos cristianos. La Palabra pura y sin adulterar puede parecer difícil de digerir al principio, pero se transforma en un bálsamo que sana, algo muy valorado entre aquellos que realmente aman a Dios.
Así que estoy agradecido por este grupo que gusta de La Palabra, y que cada viernes aparta este tiempo para congregarse y no encuentro otra razón por la cual lo hacen, sino que el Espíritu de Dios esté obrando en sus corazones y que para ellos esta Palabra es vida para sus almas, además de brindarles esperanza, fortaleza y guía en medio de las dificultades de la vida diaria.
El sábado pasado por la mañana, aunque había incertidumbres sobre si tendríamos Escuelita debido a las lluvias que afectaron los caminos del pueblo y los arroyos estaban crecidos, decidimos mantener la fe. Algunas mamás comenzaron a comunicarse para informar que no enviarían a sus hijos, lo que nos hizo pensar en cancelar. Sin embargo, me preguntaba: ¿por qué deberíamos detener el trabajo de Cristo ante estas dificultades? A pesar de la lluvia, vi que la comunidad seguía adelante con su rutina, saliendo a trabajar y a comprar víveres etc. Así que pusimos todo en manos de Dios y organizamos la Escuelita para los niños que pudieran asistir. ¡Y así fue! Llegaron 10 niños, y juntos disfrutamos de un tiempo increíble aprendiendo sobre la experiencia de Enoc, quien vivió en comunión íntima con Dios, obedeciendo Su voluntad con devoción y fe sincera, lo que agradó a Dios. Estos pequeños comprendieron que caminar con Dios es la verdadera vida, mientras que alejarse de Él traerá la muerte . Enoc experimentó la recompensa de Dios, siendo liberado de lo negativo de esta vida y llevado a un lugar seguro y hermoso: «En su presencia».
De igual manera, nosotros tenemos que esforzarnos por caminar con Dios porque esta es Su voluntad para aquellos que lo aman.
Así también, durante todo este mes pudimos seguir dejando estos mensajes de vida en los corazones de estos niños, deseando que un día Dios les conceda rendir sus vidas a Cristo.
También los domingos por la mañana nos seguimos congregando como Iglesia. En estos ranchos, el domingo mucha gente suele viajar al pueblo próximo para comprar su despensa y solo pasearse, etc. Lo triste es que algunos cristianos dejan de congregarse por este motivo tan vano. Digo, estas salidas pueden realizarse otro día, pero cuando uno toma estas cosas como prioridad, sacrificando la reunión de la Iglesia, habla mucho de lo que estima su corazón. En fin, son cosas con las que los pastores tenemos que lidiar, no es control sino que siempre queremos que las personas acudan a alimentarse de la Palabra porque este es uno de los fines de la Iglesia. Pero agradezco a Dios por las personas que sí asistieron. Y bueno, pudimos adorar juntos y escuchar la Palabra, lo cual fue de mucha edificación y aliento para los que estuvimos ahí presentes y a su vez seguimos orando por las almas de estos pueblos, pidiendo a Dios que abra sus ojos y que muchos otros puedan ver a Cristo.
Hebreos 10:24-25 NBLA
[24] Consideremos cómo estimularnos unos a otros al amor y a las buenas obras, [25] no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos unos a otros, y mucho más al ver que el día se acerca.
También nuestra bebé esta muy bien en el vientre de su mamá, ya 19 semanas, y el tiempo corre muy rápido que cuando menos lo pensemos ya la tendremos en casa. ¡Dios es bueno!.
En fin, creo que tenemos que seguir luchando, no fuimos llamados a rendirnos, esto probaría que nuestra fé es de ningún valor, y que no estamos comprometidos con la misión, osea que las almas nos son indiferentes y Dios de muy poca estima.
Esta generación necesita más ejemplos de fe real, de verdadero compromiso con Jesús, de vidas santas, de abnegación y de servicio al prójimo.
Solo así podremos impactar con el Evangelio las vidas de aquellos que queremos alcanzar para Cristo.
Les pido que sigamos orando por la salvación de estos pueblos y también oren por nosotros para que el Señor nos abra puertas para la predicación.
Dios les bendiga,
Heber González.



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