Ayer en la Escuelita pudimos compartir nuevamente con los niños de este pueblo sobre las grandes enseñanzas del Evangelio.
Esta vez estudiamos sobre la gravedad del pecado y sus horribles consecuencias, pero a su vez también dirigimos la atención hacia un gran Salvador que entiende nuestra condición, y que además tiene el poder para redimirnos y librarnos de las terribles consecuencias de lo que implica vivir separados de Dios.
SÍ, tenemos un Dios sumamente bueno, que proveyó a su único hijo para sacarnos de ese terrible estado de condenación al ocupar nuestro lugar en la cruz del Calvario, y de esta manera pagar las culpas de todos aquellos que se acercan a él por medio de la fe, sin duda una gran bendición a la que podemos acceder a través de confiar en Cristo.
Así seguimos sembrando la semilla del amor de Dios en el corazón de estos niños, con la esperanza de que un día no muy lejano ellos puedan llegar al conocimiento de la Verdad y rendir sus almas al único que las puede salvar.
Por favor, sigamos orando por este trabajo, principalmente que estos niños conozcan a Jesús como su Salvador y su y su Señor. A su vez, continúen orando por nosotros para que el Señor pueda usarnos para guiar a las personas de estos pueblos a la salvación.
Actualmente continúo recuperándome de la cirugía; las cosas se han complicado un poco, pero confío en que el Señor me ayudará a superar esto pronto.
También sigamos orando por las personas en estos pueblos. En algunos momentos la situación parece tensarse debido a la oposición que suele presentarse debido a la lucha entre el bien y el mal, la verdad y la mentira, etc. Pues sabemos que nuestro adversario, el diablo, no descansa, y a menudo quiere venir a entorpecer la predicación de la palabra.
Específicamente hemos experimentado cierta oposición de parte de algunas personas que, sin algún motivo real que el que no sea que están en contra de la Palabra, nos han mostrado una actitud ofensiva y desafiante.
Y bueno, esto es algo que realmente sucede a todos los creyentes que se comprometen con ser fieles a Cristo, y se cumple lo que la palabra nos advertía, que si a él lo rechazaron, a nosotros también, porque el siervo no es mayor que su maestro. Y bueno, gloria a Dios por esto, pero sin embargo necesitamos orar por estas personas para que el Señor toque sus corazones y ellos puedan humillarse y reconocer su error y enorme necesidad de Cristo.
Así que, por favor, solicitamos sus oraciones por esta razón y, en general, por el ministerio aquí en la Sierra.

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