NAVIDAD

Pronto y una vez más estaremos celebrando Navidad. Para algunos un momento de mucho significado y solemnidad, mientras que para otros solo se tratará de una fecha más. Dónde no hay mucho de diferente, y ningún motivo para festejar.

Sin embargo, y aunque no existe un registro histórico sobre la fecha exacta del nacimiento de Jesús, el mundo cristiano tiene como tradición celebrar en esta época la encarnación del hijo de Dios. Un suceso extraordinario, que no solo irrumpió en la historia para transformarla, y darle un giro nuevo de esperanza.

Dónde la salvación había llegado para el pueblo de Dios, y dónde la luz brillaría intensamente para disipar las tinieblas que hasta entonces prevalecían y que mantenían oprimida a la humanidad.

Por fin, la alegría a este mundo venía, cuando a través de este nacimiento el favor de Dios se mostraría, para traer reconciliación y establecer paz perpetua a los hombres que serían objeto de Su don.

Así la Navidad, es el motivo para festejar la esperanza que antes no se tenía y de la cual ahora por este niño  se gozaría. Este es el inicio de una nueva realidad, un cambio de panorama de muerte a vida.

Así que está no sé trata meramente de una celebración vacía, como a la que ha sido reducida en nuestros tiempos, por aquellos que no entienden su valor tan trascendente. Sino es el recordar y agradecer la bondad divina, al darnos a su hijo como garantía, y como prueba irrefutable de su bendito amor.

Que el Dios justo y santo haya  entregado lo más preciado para saldar el pecado del que le aborrecía, no puede tener otro nombre sino el de gracia divina.

Pero también decimos que para el cristiano la Navidad no sé trata de una fecha. Cómo si, de una vida de constante reconocimiento de todo el favor que Jesús le ha hecho. De una vida dedicada al agradecimiento, que se expresa mejor en una vida de devoción y obediencia hacia aquel que le libertado de sus delitos.  Que en las mil palabras sinsentido,  y en los falsos buenos deseos  que las gentes suelen proferirse en estás épocas movidos hacerlo más por la presión social y la costumbre, que por la sinceridad que siempre debería reinar entre los hombres.

Ya sea que en esta fecha festejes o no la Navidad, recuerda siempre que por ese niño (Jesús) es que hoy podemos tener paz, y esperar un día estar con Dios en la eternidad.

Lucas 2:10-11 NBLA
[10] Pero el ángel les dijo: «No teman, porque les traigo buenas nuevas de gran gozo que serán para todo el pueblo; [11] porque les ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es Cristo el Señor.


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