Olvidarse de Dios es dejar de lado lo único que nos hace bien. En si es algo muy tonto; es menospreciar lo menos por lo más. Es renunciar al único salvavidas que te puede preservar la vida. Es cambiar la vida por la muerte. Es firmar tu sentencia de muerte a cambio de nada.
Así es está vida con todo lo que nos ofrece a cambio de Dios, es «Nada».
Ecos del Silencio.
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