Un instante es lo que dura la vida. En un océano de tiempo desde el principio hasta nuestros días miles de años han transcurrido y dentro de este mundo todo va y viene.
«Todo fluye» dijo Heraclitus, asegurando que en este mundo todo esta sujeto a cambio y debemos agregar que también a apagarse.
Aquí nada es estático ni tampoco inextinguible, asi como este instante llamado vida que segundo a segundo se desvanece.
La vida es como el viento, que constantemente fluye y no se contiene ni totalmente ni para siempre.
Asi la vida a cada segundo se escapa para no volver jamás. La vida es tiempo, tiempo que se pasa muy rápido. Un instante diminuto e insignificante ante el gran plano de un vasto universo al que no se le ha hayado final y que se mantiene en la infinidad del espacio.
Todos los dias gente vá y viene, mientras unos nacen otros mueren, para dar lugar a ciclo interminable de la existencia de humana hasta que esta era llegue a su final.
¿Entonces, frente a esta perspectiva tan cambiante y tán efimera que es nuestra vida?
La Escritura responde que: SIMPLE NEBLINA.
Un soplo de polvo que tarde o temprano se extinguira de este mundo para partir a su lugar en el más allá. Esto es en el mundo de lo inmortal donde la existencia no estara sujeta ni al cuerpo ni al tiempo y donde este ya no sera más.
Ante esta realidad como no mantenerse consciente de la temporalidad con la que el hombre esta destinado a habitar esta tierra efímera, y así no aferrarse a lo que pronto tendrá que dejar, y enfocarse mejor en aprovechar cada instante en lo que realmente le da sentido a esta vida, y en prepararse para la siguiente estadia a la cual pronto se partirá.
Sin embargo, ustedes no saben cómo será su vida mañana. Solo son un vapor que aparece por un poco de tiempo y luego se desvanece.
Santiago 4:14 NBLA
Descubre más desde SIERVO INÚTIL
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.
