OCUPADOS EN LA GRAN NECESIDAD Y PENSANDO EN LA MUERTE

SEMANA 1, AÑO 2024.

Está primer semana del 2024 ha iniciado con mucho frío en la Sierra y también con grandes deseos de seguir adelante con el ministerio. Esta semana pudimos salir a evangelizar y la situación sigue siendo apremiante; «Un mar de almas sin Cristo yaciendo a nuestro alrededor sin esperanza y en un estado de condenación». Cuanto más pasa el tiempo menos fuerza tenemos, y ahora es que debemos invertir bien el tiempo y no hay otra cosa mejor que podamos hacer que dedicarnos a las cosas del Señor.

No hay otra razón más importante para nosotros como cristianos que vivir para la gloria de Cristo y es mi deseó seguir creciendo en este propósito para este año que recién comenzamos.

A su vez, estos días han sido de mucha reflexión, de pensar no solo en la necesidad de seguir predicando en estos pueblos sino también en la Muerte. Este parece ser un tema no muy agradable para meditar, pero sí muy importante si sabemos que esto muy pronto nos va a pasar. Alguien pensará que no hay punto de comparación entre estos dos eventos (la evangelización de los pueblos y la muerte), pero si asentimos que vamos a morir y que está breve vida la debemos gastar para la gloria de Cristo, esto nos llevará a concluir que el tiempo que nos queda sobre está tierra debe ser empleado para hacer esto realidad , esto es vivir haciendo Sú voluntad como predicar a los perdidos y de tal manera que nos preparemos para nuestro fin en esta era terrena.

Aunque, está actitud para algunos puede sonar de pesimista, sobre todo para aquellos que se aferran a esta vida, esto no es una locura si creemos que nuestro siguiente paso lo podemos dar en la eternidad.

Otros antes han hecho de la preparación para este acontecimiento la meta de su vida.

La biografía de Jonathan Edwards, el gran predicador de avivamiento y para muchos el mejor teólogo que los Estados Unidos ha dado siempre, asegura que todo en su vida fue llevado a cabo de tal manera que los preparará para esta hora, «La muerte».

También, Alfonso Maria de Ligorio ( un religioso italiano) en su afamada obra: «Preparación para la muerte» expone que: «El que sabe que va a morir no tiene manera de vivir mal». Esto es, que el hombre que es consciente de que sus días están contados y que pronto pasará a la presencia de Dios no vive descuidado, sino preparándose para el gran día en que será glorificado o condenado según haya vivido en esta vida. ¡Saber que la muerte es lo unico seguro que tienes y no prepararte para ello es una gran locura! y tristemente está es la condición en la mayoría de los corazones. Esta debe ser una razón poderosa que nos anime a salir a ellos y decirles que la única preparación efectiva para este suceso es creer y aferrarse a Cristo.

Esto me está enseñado a no hacer muchos planes, sino a vivir cada día pensando en que podría ser el último. Que cada segundo es una muestra de misericordia divina, consedida para arrepentirnos de nuestro pecado y seguir creciendo en Jesús. Que no hay mayor empresa en este mundo de la cuál ocuparse, sino el trabajar para nuestra alma ya que todo lo demás es tierra (polvo que de nada aprovecha). «A menudo el hombre se aferra al polvo y descuida su alma». Grave error que se ve reflejado cuando se vive solo para lo temporal, en correr tras la vanagloria de esta vida y así se menosprecia la salvación y se ofende a Dios.

Nuestra realidad es que pronto como la hierba seremos cortados y que cuando muramos solo nuestro recuerdo perdurará vagamente en los pensamientos de nuestros más allegados para despues ser olvidados para siempre. ¡Asi de vana y efimera es esta vida!.

En fin, nuestro tiempo en esta vida es muy corto y pronto pasaremos a la eternidad, nos conviene ser sabios y priorizar en lo más importante en lo que nos podemos ocupar, en la meta suprema que es estar con Cristo y servirle en esta tierra.

¡Dios le bendiga!


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