Las noches sin fe son oscuras y frias; mientras que los días sin Jesús solo son segundos de una cruel y vana ilusion.
Es cómo tener un corazón pero que no late. Es vivir por existir pero sin razón para ello.
Es una existencia vacia; sin paz, ni amor, ni verdad.
Es una mentira ilusa que engaña a la persona y la condena a las tinieblas del infierno debido a su incredulo y obstinado corazón.
Esta Vida sin Cristo es un nauseabundo delirio que mejor nunca debio de ser. Es mejor no vivir que existir sin El.
Asi es la condición del alma incauta, que extraviada transita por esta vida sin haber recibido la Vida.
Alma triste y condenada que se advierte viva pero que en realidad hiede en su ignorancia.
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