Estamos en plena víspera de fin de año y aquí en la Sierra el frío y los resfríos se convierten en unos compañeros temidos en esta época. Estos compañeros (virus y bacterias) parece que cada vez se hacen más fuertes y nuestros cuerpos más susceptibles de caer presa de sus redes. Aquí en el rancho, la situación ya parece una epidemia por los muchos contagios que se están presentando. En fin cada año parece lo mismo, este cuerpo se tiene que enfermar y finalmente morir; está es la cruda realidad en esta condición en la cuál vivimos. Y aunque nuestra vida en esta Tierra se va extinguiendo Dios con el poder de su espíritu fortalece nuestros corazones a la vez que nuestros cuerpos van decreciendo y nos hace poner nuestras expectativas en el cielo, donde todo será perfecto y ya sin dolor.
Esta semana Dios en su gracia nos ha concedido seguir trabajando con los niños. Debo aceptar que a veces tengo miedo. Miedo de que mi trabajo solo sea un medio de entretenimiento para éllos. Después de tantos años trabajando a favor de la salvación de los perdidos, me he dado cuenta que solo la gracia de Dios puede convertir genuinamente al pecador. Hoy en día hay muchas falsificaciones que a simple vista parecen genuinas pero que no lo son. Y esto se ve también en el Cristianismo, cuando por un tiempo algunos casos parecen una profesión genuina y al venir la prueba la apariencia se cae para descubrir la verdad, de que solo era una falsedad. Y por esto,no he aprendido que es importante nunca dejarse llevar por las primeras impresiones, y esperar a que con el tiempo Dios exhiba el verdadero estado del corazón.

Por este motivo, me enfocó mucho en tener muy en claro el propósito de estos encuentros, y es que éstos niños puedan llegar a conocer a Jesús a través de las enseñanzas de los Evangelios y estás les transformen el corazón. Es muy fácil desviarse de esta meta si se deja de tener presente el objetivo, y estoy muy consiente de mis limitaciones, de que yo no puedo salvar a nadie, y esto incluye las almas de todos estos pequeños. Pero Dios si puede; y es motivo de oración frecuente en nuestra casa pedir al Todo Poderoso por la salvación de estos niños.
Este domingo pasado mamás de algunos de estos niños que acuden a la Escuelita nos acompañaron a escuchar un mensaje sobre el nacimiento de Jesús y su propósito. Todo iba bien, hasta que el mensaje empezó a tornarse muy personal y ahora observé que la cosa se iba a poner mucho mejor. Honestamente, concluí que estás mujeres predominantemente «católicas» estaban esa mañana por razón de participar de nuestra comida de Navidad más que por otra cosa. Pero entonces ¡yo pensé!, esta bien, es costumbre de los cristianos compartir su comida, el mismo Jesús en muchas ocasiones nos dio este ejemplo. Pero al mismo tiempo, y ya que estás mujeres están aquí, es necesario que les brindemos lo mejor y complementarles su platillo con una franca y sustanciosa ración de VERDAD que las haga regresar a sus casas al menos pensando y considerando su situación respecto a Cristo.
Y aunque, yo no predique esa mañana, si esperaba que Dios usará al que lo hizo; y que a través de su Palabra nos hablará a todos.
El mensaje está vez, se centro en Lucas 1:27-28; y todo parecía transcurrir con normalidad, hasta que las palabras entraron en confrontación con nuestros corazones y de manera muy especial con el de las visitas. De pronto, las caras se tornaron pálidas, la señora que se en encontraba próxima a mí y sin afán de exagerar paracia estar entrando en un episodio repentino de epilepsia que no podía pasar desapercibido a la mayoría de la audiencia, y ésto debido a sus discordantes y continuos movimientos que la hacían notar incomoda ante lo que se estaba diciendo. Alguien dijo que el Evangelio te convierte o te enoja. Si no te provoca esto, entonces no escuchaste el Evangelio.
Las cosas que dijo el predicador está mañana fueron Verdad y algunas que entraron fuerte en mi corazón fueron:
«El niño que nació para salvar el mundo no es como el niñito que nos han enseñado en la «religión tradicional». ¡No es chiquito, el es grande, el es Dios!».
«Este niño Jesús no es alguien que usted pueda poner representado cómo un juguete en un nacimiento para que le adorne su casa. Él quiere adornar su corazón pero antes debe habitar en usted«.
«La ignorancia más grande en la que la mayoría aquí alguna vez han caido, es creer que; a este Jesús ahora lo podemos encontrar en una foto de papel o clavado en un pedazo de madera que colgamos en una pared. Reduciendo así al Gran Hijo de Dios a un ser inerte que solo tiene la vida que le proferimos en nuestra supersticiosa y malvada imaginación, en vez de preferir ir a la Biblia, encontrarle ahí y adorarle con fé«.
Así, la mujer con el periodo repentino de epilepsia y seguramente por la incomodidad que le provocaba oir estas cosas que entraban en conflicto directo con sus creencias; mejor se marchó antes de que terminara la predicación. Mientras que las otras soportaron hasta el final pero dejando ver de vez en cuando y sus rostros de desagrado ante las palabras que les estaban mostrando, como decimos aquí en México «La puritita Verdad».
Y aunque, siempre se desea hacer sentir bien a las personas y más en estas fechas, es mejor presentarles la Verdad que les salva. Y más si consideramos que lo que está en juego es lo más valioso que un hombre posee, «su alma». Un engaño es caer en el atrevimiento de creer que podemos ser más considerados que Dios y omitirles la Verdad para no entrar en antagonismos. Está es una actitud diabólica e inhumana que atenta contra el bien de las almas, y que a su vez nos lleva a menospreciar a Cristo cuando suavizamos su Palabra.
Así, la Navidad es a los Cristianos el tiempo oportuno para compartir con otros el regalo más significativo que un hombre en esta Tierra pueda recibir «una perla de gran precio», tristemente hoy subestimada por muchos, pero de incalculable valor para los que la han encontrado.
No sé, si estás mujeres algúna vez nos vuelva a visitar en otra reunión, tampoco sé, si seguirán mandando a sus hijos a la Escuelita.Yo espero que sí. Pero ciertamente, sabemos que Dios está en control de la situación, y que su Palabra por dura que parezca es la Verdad que todo hombre sobre esta Tierra necesita escuchar. El Evangelio es el único medio que puede despertar de su miseria al pecador y revelarle al Salvador.
Asi este año esta por terminar para nosotros aqui en la Sierra. Un año que estuvo lleno de «aventuras misioneras» que entre muchas cosas nos han llevado a experimentar de una manera muy tangible las misdricordias de Dios. Y ahora, esperamos que el Señor en su bondad nos conceda empezar el 2023 con mucho animo para seguir adelante con este trabajo. De verdad que la necesidad en todas partes es grande. Miles de seres humanos en la actualidad sucumben ante el pecado y su incredulidad, y tristemente en muchos casos la Iglesia yace a sus lados indiferente a su estado. ¡Que el Señor nos ayude a cumplir con nuestro llamado y a no ser egoistas con aquellos que necesitan escuchar de Cristo!.
Así que, por favor sigasigamos orando por estas personas y por la obra de Evangelización que estamos realizando en estos ranchos, y por el avance del Evangelio en el mundo enteró.
¡Feliz Navidad y Año Nuevo para todos!.
Descubre más desde SIERVO INÚTIL
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.
