EL PROBLEMA DEL SUFRIMIENTO Y LA NEGACIÓN DE DIOS.
Esta jornada fue definida por dos formidables oportunidades para guiar a personas a Cristo. BAQUEACHI todavía no ha visto la luz y sus habitantes cada dia sucumben ante la ignorancia con la cuál han transcurrido hasta hoy sus días. ¡Dios permita que pronto su realidad cambie!
Y esta vez, Dios nos guío hasta una de las casas más próximas al bosque donde conocimos a «Doña Mary» quien detrás de una ventana accedió a conversar con nosotros está mañana y pronto nuestra plática nos llevo a descubrir el problema que élla usaba para negar la existencia de Dios; «El sufrimiento». Bien dicen que cada uno habla de acuerdo a como le ha ido en la vida. Es cierto que hay experiencias que marcan y que dejan un gran vacío y dolor en el corazón.
Doña Mary no se sincero del todo, pero era evidente que por algun motivo habría sufrido mucho y eso le había causado una grande decepción. Su hipótesis de que Dios no existe se fundaba en la indiferencia que según élla piensa, mantiene Dios hacia el sufrimiento. Por lo tanto, Dios no existe o es un Dios indiferente al dolor humano. Y respecto a ésto le contestamos que el dolor es producto del pecado. Cuando una persona daña a otra persona es por la propia maldad que yace en el corazón y que se manifiesta en las malas obras que causan dolor. Incluso, cuando Dios castiga es por el pecado.
El pecado es el más grande mal que los seres humanos experimentamos. Es doloroso y destructivo; y la cura es Jesuscristo. Es cierto que nadie quiere sufrir, pero en esta vida por razón del pecado es algo inevitable que con la fé podemos afrontar con esperanza y valentía; y así no desilucionarnos como sucede en muchos casos.
Y sí; también es cierto que Dios usa el SUFRIMIENTO para guiar nuestra atención a Él. Si todo en esta vida fuera perfecto, «pura felicidad», nadie nunca pensaría en Dios ni tampoco conciderararia el Cielo como una opción. Así que en este sentido el dolor es un medio para traer los pecadores a Cristo, desearle más y desapegarnos de esta Tierra que no nos puede proteger del dolor y de las injusticias.
Esta mañana Doña Mary comprendió el modo de actuar de Dios frente al sufrimiento de diferente forma y pudo comprender que el dolor es consecuencia del mal que ha dañado nuestra existencia en esta vida desde el principio de la humanidad.
Más tarde, me encontré con Diego y su caso era muy parecido al de Doña Mary. Su frustración era resultado de la experiencia de su mejor amiga quién había padecido mucho debido al cáncer, lo cuál la había llevado a la conclusión de que Dios no existe porque se nos ha dicho que Dios es bueno y si entonces, el mal existe y Dios no hace nada al respecto, es porque es solo un mito. Así que desde entonces, se había rendido ante el ateísmo y dedicado a proponerlo entre sus amigos como la única cosmovisión factible para encontrarle sentido a esta vida y respuesta a la injusticia y el problema del dolor. Y bueno, parecía que Diego estaba grandemente influenciado por está hipótesis de su amiga y dudaba de la realidad de un ser divino.
Y asi procedimos a exponer que la enfermedad es consecuencia de la maldición que a todos nos aqueja, que a todos nos condena al dolor y al sufrimiento, «la maldición de la muerte». Nuestros cuerpos están marcados por este terrible mal y la enfermedad aparece para recordarnos que nuestra cita es inminente. Sin embargo, en Cristo hay esperanza. Jesús dijo: «Todo aquel que en mí crea aunque esté muerto vivirá eternamente». Por otro lado y hablando específicamente del caso de su amiga. Ella hasta ahora sigue viva y al parecer libre del cáncer que si bien es cierto le trajo tanto sufrimiento pero no la mato como a muchos otros en su misma condición. Tal parece que su enojo y ateísmo es derivado más por el orgullo que por el dolor que experimento. De que ella piensa que no debió haber pasado o sufrido por ésto.
¿Quién no ha sufrido?
Sin embargo, a nuestro orgullo le resulta fácil culpar a Dios cuando parece que no hay salida pero cuando las cosas mejoran o se componen nos olvidamos de él. Así de falso es nuestro corazón. También, están las personas que enfrentan el dolor con valentía, con fe, mientras que otras se rinden ante él sufrimiento y se decepcionan porque el orgullo les hace creer que no merecen pasar por lo que están viviendo. Dios nos dice a todos, que por razón del pecado lo único que merecemos es el infierno. Pero Él es tan bueno que constantemente nos invitan escapar del peor de todos los sufrimientos reservado para los incrédulos a través de creer en su hijo Jesucristo.
Esta es una actitud «ateísmo» basada en un falso concepto de si mismo. Entonces, cuando una persona reacciona así como tu amiga —le dije yo— «Negando a Dios» al culparle por su dolor, es porque élla cree ser tan buena como para merecer que algo así le suceda. Y lo que necesita es humillarse para encontrar paz y esperanza en Cristo. Job en su terrible prueba dijo:
He aquí, aunque él me matare, en él esperaré
Job 13:15
Además, has dicho que ahora está sana, muchas personas que han luchado con el cáncer no han tenido la misma suerte y sin embargo se han ido en paz al encontrar fuerza y alivio al confiar en Cristo.
Así que, el dolor en esta vida es inevitable pero lo que lo hace un enemigo muy dañino es la actitud negativa (Orgullosa) con que lo afrontamos.
Todos en esta vida sufrimos pero en el Evangelio encontramos el bálsamo que nos da un respiro, que nos sana del dolor y hace de este un medio para que encontremos la paz y la vida que este mundo nos ha negado.
Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. 5 Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados.
Isaías 53:4-5
En este camino la Evangelización de BAQUEACHI continua para nosotros cada semana. Pronto regresaré a visitar de nuevo a estás dos personas para seguir hablándoles sobre está paz y verdad que sus corazones necesitan recibir.
¡Gracias por sus oraciónes!
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