BAQUEACHI SEGUNDO VIAJE.

Compartir las Buenas Nuevas es un camino seguro porque Dios mismo vá contigo y a la vez es una de las maneras de agradecer su amor exaltandole entre los pueblos.  Pero al mismo tiempo es incierto ya que está aventura nos dirige a toda clase de encuentros y situaciones que de otra manera no podríamos experimentar ni tampoco predecir.

El evangelistas confía en que Dios es quien lo guía a estos encuentros, desconocidos para nosotros pero agendados previamente desde antes de que existiera este mundo por el autor de todas las cosas.

Esta mañana BAQUEACHI se alistaba para otra tormenta como las que hace poco se habían sucitado en la región. El viento soplaba frío y yo no traía chaqueta pero a la vez ésta era una ocasión para poner a prueba mi resistencia, salir de la comodidad y exponerme al frío pero principalmente estaba aquí para seguir entrenandome en la predicación y llevar luz a estos corazones perdidos. Me gusta como lo plantea Bonhoeffer el dice sobre la misión:

«La Predicación es una lucha por los corazones de los hombres, una renuncia a la gloria personal, a los bienes y placeres del mundo, con tal de poner la vida al servicio de los pobres, abusados y miserables de la tierra.  Es el amor de Cristo el que nos impulsa a proclamar el Evangelio sin límites».

DIETRICH BONHOEFFER

Esta mañana Dios me concedió algunos encuentros…

DOÑA CUCA

La primer casa a la que la providencia me guío  fue a la de Doña Cuca. Élla es una mujer mayor que vive con su esposo y su hijo; y en ese momento que toque a su puerta élla se  encontraba cocinando. Pero esto no impidió que Cuca me escuchará. Previo a este encuentro yo había pedido al Señor por alguna buena oportunidad está manaña de exponer su mensaje a quien el pusiera en mi caminó y de verdad que no es sorpresa que todavía haya personas que no han escuchado el mensaje de la Biblia de una manera correcta. Este rancho parece más escéptico que superstioso cómo son la mayoría de los que hay en la región, sin embargo es muy notorio la grande necesidad de que estas personas conozcan a Jesús. No hay un solo cristiano en todo este rancho de aproximadamente 50 familias  y pienso en varias generaciones de personas en este lugar viviendo en oscuridad y partiendo al infierno. Pero ahora Dios quiere que hable aquí; y tal vez él llamara a varios de este lugar a formar parte de su Pueblo.

Así pude compartirle a Cuca sobre la oportunidad que tenemos en Cristo de escapar del juicio de Dios y recibir la vida eterna, pero mejor aún de ser traslados a una relación con Dios donde ahora como nuestro Padre podemos gozar de su amor y bendición por siempre. Esta mujer por momentos expresaba su opinión con una cara de sorpresa al asentir que lo que estaba escuchando era la verdad de Dios que le había sido oculta durante muchos años. Al final de nuestra conversación le invite a meditar en su vida y a venir a Cristo para obtener de él la verdadera Vida y le obsequie una Biblia para que élla misma pudiera leer y conocer más del precioso Salvador.

¡Yo no sé nada! Cómo bien dijo Aristoles; pero lo que si sé, es que está (la predicación) es la manera por la cuál Dios sacará de las tinieblas a sus hijos y aunque la mayor de las veces parece que no sucede nada; en lo secreto e invisible a nuestra vista, Dios está obrando algo maravilloso. 

Jesús dijo que también tiene otras ovejas que no son de este redil; (y estás son las que están esparcidas por todo el pueblo gentil).  A aquellas también debo traer, y oirán mi voz; y habrá un rebaño, y un pastor.  Jn. 10:16. Así que cuando llevamos el Evangelio estamos llevando a Cristo (el buen Pastor), quién mediante la predicación  llamará a sus ovejas  a venir al rebaño. Esto es fabuloso y a la vez un milagro del cuál Dios nos hace participes cuándo hacemos la misión.

SAMUEL Y COMPAÑÍA

Luego más tarde llegué a un establo donde 3 hombres estaban alimentando el ganado. A esta hora estaba muy nublado y el viento frío y los relámpagos en el cielo hacían ver qué pronto llovería pero esto tardo lo suficiente como para que yo pudiera entablar una conversación con estos hombres.

Pronto Samuel se dio notar entre los otros hombres, ya que su actitud cuestionadora y su resistencia hacia la verdad del Evangelio tornaron la conversación en una especie de debate sobre algunas de las cosas más importantes de la vida pero que el se negaba a aceptar desde la perspectiva Bíblica, si no que pretendía encontrar las respuestas fuera de Dios y a la vez dejarlo en evidencia.

El más joven de los 3 menciono la «Teoría del Todo» formulada por  Stephen Hawking y aseguro haber leído su libro sobre este tema. El otro mostró conocimientos sobre  la Nueva era y así para mi fue una sorpresa encontrar a personas «tan cultas» en este pequeño rancho. Pero tristemente personas letradas en el engaño y no en la verdad.

Así, Samuel se mostraba resiliente, su nombre aunque bíblico contrastaba de su  personalidad anticristiana y pronto me di cuenta que por más argumentos que le presentará sobre la veracidad de las Escrituras y su contenido no llegaría a nada.

Su corazón estaba completamente cerrado a escuchar. Y la amargura por el engaño lo llevaba a negar todo aquello que pudiera evocar a Dios. Sinceramente, yo no podía sentir otra cosa sino lástima por él por cerrarse ante esta  posibilidad que en estos pueblos puede ser para muchos de una en toda la Vida. En un momento de la conversación le entregué una Biblia y le dije, ¡toma cersiorate por tu propia cuenta, lee este libro y busca tus respuestas, te la regaló! Y luego pensé ¿Porque lo hice? Tal vez debí dar está la última Biblia que traía a uno de los otros hombres que parecían más abiertos al mensaje que a éste que se mostraba tan altanero.

Pero, luego me arrepentí al pensar que esté hombre no podía tener arreglo. No hay caso tan difícil para Dios, todo es cuestión que Dios quiera salvarlo y recordé que la llave para abrir el corazón del que todo lo puede a favor de los perdidos es la oración. Después de exponerles el mensaje lo mejor que podemos hacer por aquellos que se muestran resilientes hacia el Evangelio es orar por éllos y pedirle a Dios que cambien su situación.

Así continua esta jornada entre muchas sorpresas y obstáculos pero con la certeza de que este es el trabajo al cuál Dios nos ha llamado.

¡Sigamos orando por la Evangelización de estos pueblos!